La cuestión de la responsabilidad desde la filosofía de Zubiri

La responsabilidad es un término que ha ido adquiriendo una cierta importancia desde el inicio de la modernidad «a partir principalmente de su sentido jurídico y religioso (y etimológicamente desde el derecho romano), como secularización de la creencia en el juicio final y, sobre todo, como correlato de la autonomía humana, cada vez más patente por el aumento creciente del conocimiento del poder del ser humano»[1]. Esto ha exigido que el término responsabilidad haya ampliado su forma tradicional de ser entendido como imputabilidad para alcanzar un sentido antropológico más acorde con los parámetros de pensamiento actuales. Desde esta nueva línea, la responsabilidad adquiere un matiz que amplía el enfoque desde donde tratarla. Así la experiencia de la responsabilidad puede ser clave en el estudio de la razón encarnada en la historia a la vez que se nos abre la posibilidad de hablar de una correspondencia, desde la cual llegar a la corresponsabilidad. También desde esta visión, podemos hablar de la libertad en la responsabilidad, la cual se realiza mediante un vínculo con los demás, con lo cual podemos llegar a superar ciertas tesis que presentan la libertad únicamente desde el estatuto de la individualidad.

Como aproximación podríamos decir que la responsabilidad es un término de relación: «alguien (sujeto de la responsabilidad) tiene que responder de algo o de alguien, que de algún modo le está encomendado (objeto de responsabilidad) ante alguien (persona o instancia) por alguna razón. Esto significa, obviamente, que la existencia de responsabilidades sólo tiene sentido en un mundo relacional, no en un mundo atomizado. Porque para que exista una responsabilidad, tiene que haber un vínculo entre sujeto y objeto de responsabilidad»[2]. Ahora bien, desde esta definición, que nos proponemos como marco del presente ensayo, tendremos que aceptar como categoría básica de la vida social el reconocimiento recíproco, y no el individuo ni la comunidad, aun teniendo éstos una dimensión fundante. Es el reconocimiento el que nos descubre que entre los seres humanos existe «una ligatio, que genera una ob-ligatio, una ligadura, que genera ob-ligación»[3]. Sujeto, objeto, instancia ante la que responder y razón por la que se responde serán, pues los temas principales que hemos de tratar al hablar de responsabilidad. No obstante, el término plantea cuestiones no menos importantes y que han de tenerse en cuenta. Hay que plantear si la responsabilidad afecta a todos los actos de la persona o sólo a algunos de sus actos. De esta forma entroncamos con la cuestión de los grados de responsabilidad respecto a la intención, esto es, si somos responsables sólo cuando tenemos una intención determinada o si, por el contrario, existen actos de responsabilidad aunque no haya entrado en juego la intención. La cuestión es si se es responsable sólo cuando se quiere el resultado de la acción, o si por el contrario la responsabilidad va más allá de la intención. Por último, un tema que no podemos obviar y que tendremos que tener en cuenta es el de las instancias de la responsabilidad, es decir, ante qué o ante quién somos responsables.

Pues, bien, es desde estas cuestiones que acabamos de exponer, desde donde pretendemos hablar de la responsabilidad en la reflexión ética y antropológica de Xavier Zubiri. En su filosofía podemos encontrar un vínculo que existe con la realidad, a la cual no podemos dar la espalda. Ser libre implica asumir el «imperativo ético» de hacerse cargo de la realidad, cargar con la realidad y encargarse de la realidad, como nos recuerda Ignacio Ellacuría[4]. La posibilidad fundamental del hombre consiste en tener que abrirse a la realidad, algo que se constituye como fundamento de la ética y de la responsabilidad. Es en esta apertura desde donde el hombre se ve forzado a hacerse cargo de la realidad. El hombre ha de enfrentarse con las cosas y consigo mismo como realidad. Este hacerse cargo lleva a cargar con la realidad. Por ser un animal de realidades, obligado a apropiarse de la realidad, el hombre encuentra como impuesta la carga de la realidad. La animalidad humana sólo será viable desde esta carga. Por último, el hacerse cargo y el cargar con la realidad impelen al hombre a encargarse de la realidad. La realidad se muestra al hombre como encargo y desde este encargo le compete la realización de la realidad y de su propia realidad. La vida del hombre se muestra así como una responsabilidad.

[1] J. Conill, El enigma del animal fantástico, Tecnos, Madrid, 1991, p. 228.
[2] A. Cortina, «Una ética transnacional de la corresponsabilidad», en V. Serrano (ed.), Ética y globalización, Biblioteca Nueva, Madrid, 2004, p. 22.
[3] A. Cortina, Alianza y contrato, Trotta, Madrid, 2001, p. 152.
[4] Vid. I. Ellacuría, Fundamentación biológica de la ética, ECA, 368, 1979, pp. 419-428; Filosofía de la realidad histórica, Trotta, Madrid, 1991.
____________________________________________________________________
La bibliografía que utilizaremos para esta sesión son los artículos siguientes de Xavier Zubiri:
"El hombre realidad personal".
Revista de Occidente -segunda época- Año I, n1 1, Madrid 1963, pgs. 5-29.
"El origen del hombre".
Revista de Occidente -segunda época- Año II, n1 17, Madrid 1964, pgs. 146-173.
Tanto los artículos de Zubiri como el contenido de la comunicación pueden descargarse en la ventana inferior o haciendo clic aquí.



No hay comentarios: